24/05/2021

Por Gustavo Mandagarán VOLVER

Incomprensible

El cierre de exportaciones perjudica al país y pone en riesgo fuentes laborales en Azul. Las vacas "chinas" no iban al mostrador. El posible regreso a la "sojalización". Según un estudio de la Sociedad Rural de Salliqueló, con un mes de ventas de carnes al exterior se comprarían casi 13 millones de dosis de la vacuna Pfizer.

Después de muchos años de trabajo en los rodeos, inversiones varias veces millonarias (como las realizadas en el frigorífico local), captación de mercados y compradores externos para la colocación de vacas de descarte el Gobierno nacional cerró la exportación vacuna.

La medida regirá por 30 días y el argumento principal es frenar el precio de la carne en mostrador. Nada más inconsistente y reñido con la realidad porque la mercadería exportada a China y Rusia (principales compradores) no se utiliza para el consumo interno. Se trata de vacas de manufactura y conserva que antes morían improductivas en los campos y que con la llegada de los países asiáticos hallaron ubicación. Las compras oxigenaron el sector de manera contundente; y cantidad de pequeños y medianos productores se vieron beneficiados con "la vaca china", que no iba a góndolas. En Argentina solamente para chacinados utilizan esas carnes y generalmente manipulan toros.

Los productores nacionales ya conocen la reiterada y fallida receta. Una medida similar se adoptó en el año 2006 y trajo cierre de frigoríficos, desocupación y trabajadores expulsados (en Azul lo vimos varias veces). También, la desaparición de unos 30.000 ganaderos, una brusca caída del stock vacuno con unas 10 millones de cabezas menos y, fundamentalmente, la llamada "sojalización", "el yuyo" que tanto le preocupó a la Doctora. Nos preguntamos si a U$A 600 la tonelada y participando con impuestos y retenciones con más del 60 por ciento al Gobierno no le convendrá más la oleaginosa que las vacas. Todo es posible.

La determinación es bien recibida por países competidores como Brasil y Uruguay, que necesitarán de más mercadería para satisfacer la demanda internacional.

Con esta decisión el Gobierno pone gravemente en riesgo frigoríficos exportadores como el de Azul, que recientemente pagó unos 20.000.000 de pesos a unos 550 operarios de nuestra ciudad, según señaló un vocero. Y esa misma fuente indicó que los trabajadores perciben unos 30.000 pesos quincenalmente.

Además, la empresa lleva invertidos unos 55 millones de dólares y últimamente puso en marcha una nueva línea de producción para superar los volúmenes y la calidad final.

El Gobierno nacional vuelve a fallar sin combatir el histórico mal argentino generador de pobreza y desocupación.

No enfrenta la inflación que supera el 40 por ciento a menos de mitad de año y apunta a las vacas de manufactura y conserva inferior.

Es cierto que los precios en mostrador se incrementaron. También pasó con el combustible, los servicios y comestibles. Y apenas subieron los sueldos (siempre retrasados), jaqueados por la desvalorización y por la máquina de hacer dinero sin respaldo.

En medio de la maldita pandemia y necesitados de divisas externas para sostener la salud de los argentinos, ahora cierran la exportación de carnes. Un estudio de la Sociedad Rural de Salliqueló indicó que con las ventas de un mes de carnes al exterior se comprarían 12.800.000 dosis de la vacuna Pfizer.

Nos resulta incompresible; y ratificamos nuestro título.

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