31/05/2020

Por Carlos Bodanza. VOLVER

El fuego y la lluvia, la danza de todos

Arrecia el temporal y la salamandra parece más encendida que nunca, el chisperio pegando contra el vidrio, genera una sensación de viaje en el tiempo, uno mira el fuego embobado, como si las figuras no fueran repetidas, como si el tiempo se detuviera en esa danza.

..."conque más vale que llueva, me gusta oir garugiar...." Las lluvias tienen distintas caras, en la nuestra en particular - la de nuestra zona- tiene una sola: benditas sean. Es cierto, el frío, el temporal en pleno rebrote, poco pasto y mucha vaca caminando en la cornisa, seguramente no son el marco ideal para la tranquilidad, pero siempre lluvia por aquí significa futuro pasto, es sinónimo de esperanza, de que el invierno al menos con verde, parece menos invierno.

Muchos tendrán que postergar la cosecha de soja, otros el maíz tendrá más días para secarse, pero siempre, siempre por estos lados, más vale la queja por húmedos que por secos, y soy consciente de que el que se ha inundado dirá que no "se de lo que hablo" pero quien no ha sufrido la agonía eterna de esperar "un agua", les aseguro que tampoco. Es comparar muerte de un balazo, con desangrarse meses conscientemente, ambos son un drama, no sirve comparar desgracias.

Llueve y hace frío y habrá paisanos en la matera, alimentando un fuego, mateando soledades y tratando de achicar horas eternas, para aquel que ha vivido jornadas sin más que un mate bajo las lluvias. Y así las horas pasan, la humedad entra en las paredes, no faltan goteras y todo se vuelve cada vez más gris, cada vez más frío. Pero está el día después, ese que nos regala el barro en los corrales, dejando atrás la polvareda y los ojos hinchado de tierra, ver como de reojo en la cabina del tractor, la semilla entra franca en el lote, sin el rebote de un suelo que ni la directa, ni el barbecho ni cualquier ruedita ni muchos menos un disco, se atreva a entrarle a un piso acerado de la seca.

No todas son malas, estarán aquellos que aún pertenecen a la verdadera "resistencia", esa que todavía viven en familia en el campo, habrá mate y algo más en la cocina, habrá algún juego de mesa, habrá un escritorio encendido, se cenará bien temprano, con olor a hogar, con calor a hogar, ese que siempre en el campo se hace más cálido, más íntimo.

Afuera estará el mundo, el pandémico, el temeroso, ese que amontonado por la vida insiste con no entender que no siempre el confort, la tecnología y todo lo que ofrece una ciudad, puede alcanzar cuando en definitiva muchos trabajan años para obtener lo que otros simplemente viven día tras día, más por elección que por plata u oportunidades. Creanme, irse a un pueblo, a una quinta, no es cuestión de plata.

Muchos se preguntan hasta cuándo soportará el campo la presión impositiva, las retenciones, los desaires, los agravios, los bancos de espalda, las mil y unas trabas para producir: la respuesta es que siempre habrá un productor cuyas ganas de seguir produciendo, de derrotar cualquier ideología, de vivir de lo que le gusta, serán más fuertes. Porque este país más allá de las urbes, sigue respirando campo, en sus parajes, en sus pueblos y en sus pequeñas ciudades. Allí aún anida una infancia que supo vivir y disfrutar de una simple tarde de lluvia, gente que entendió el sabor a una tarde gris, que mamó desde temprano la vida que el agua regala y cada uno de ellos- por más contaminado y urbanizado que esté-tiene un virus que jamás podrá quitarse: el amor por nuestra tierra, el recuerdo de la tierra donde vivieron.

Es lo que somos y por eso no pueden erradicarlo, porque siempre habrá en cada lugar de este país, un hijo de un puestero, un nieto de un ovejero, la sobrina de un ganadero, la prima que se crío en el campo, el tío que tuvo el almacén, el abuelo que cosechó, la nona que cocinó mil veces y el listado es infinito. Somos campo, en el medio de la Matanza y en el borde de la Puna.

"...vamos a arrimarle al fueguito dos o tres astillas más, mientras no escampe la lluvia, para que me voy a incomodar, óigale al domingo de agua, buen domingo pa un mensual...."

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