Todo lo que se pudo se puso en la sombra, se regaron los corrales, se encerraron los lotes holgadamente para que el aire circulara, el remate se hizo bien ágil. Se hicieron todos los deberes posibles (absolutamente todos) para que lo sofocante de los 38 grados (térmica superior a los 40°) pasara lo más disimuladamente posible, aunque haya sido directamente imposible.

En ese contexto, lógicamente no estuvieron las manos que deberían y con lotes no numerosos, fue difícil defender la irregularidad de los precios que en lotes de calidad y con plazos, lograron mantener valores sostenidos, pero eran compensados con compras hacia la baja cuando no estaban esas condiciones.

En la hembra con varios lotes para cría, se sucedieron algunas pujas entre criadores y engordadores, donde estos últimos, siempre ganaron la pulseada, logrando al menos valores promedios interesantes para la ternera.

Por último, los vientres secos pasaron a buen precio, lo mismo pudieron defenderse bien las vacas con garantía y con cría, redondeando una tarde cuyo objetivo, era claramente vender, satisfaciendo así las necesidades de muchos productores cuyos campos, no logran hacer pie con el clima y mucho menos, con las finanzas. Habrá que seguir "repensando" días y horarios en veranos donde los pronósticos, siempre nos ayudan a tomar las mejores decisiones para la "salud", de todo el negocio.