23/01/2020

El maíz y la carne bovina tuvieron el año pasado el mejor desempeño exportador de la historia argentina. VOLVER

Carne y maíz, dos para triunfar

23/01/2020

Confirmaron que con políticas comerciales claras su demanda no tiene techo. Mientras los productores aún esperan que el Gobierno nacional comunique si va a aplicar los tres puntos porcentuales adicionales a las retenciones agropecuarias, aprobados en la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, el balance del sector agropecuario durante 2019 no deja dudas. Su evolución, no sólo productiva sino también comercial, tuvo en las reglas de juego a su principal plataforma de despegue. Luego de 50 años, las exportaciones de carne vacuna rompieron el récord. Con 831 mil toneladas enviadas el año pasado, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el resultado fue el mejor desde 1969, cuando el sector había comercializado al exterior 775 mil toneladas. Para graficar, el volumen vendido durante enero y diciembre de 2019 fue más de cuatro veces lo enviado en 2015. La exportación se llevó en el último trimestre 30,8 por ciento de toda la carne vacuna producida en el país. Participación sólo comparable con 1972, cuando el Gobierno de ese entonces impuso una veda al consumo interno con la finalidad de asegurarse mayores exportaciones e ingresos de divisas, recordaron desde Ciccra. La facturación por exportaciones de carne vacuna ascendió a 2.723,5 millones de dólares, lo que significó un crecimiento de 944 millones respecto a 2018. China fue el principal mercado, con el 75 por ciento de todo el volumen exportador, que en los primeros 11 meses del año alcanzó a 374,5 mil toneladas. Representó un aumento del 104 por ciento respecto a enero-noviembre de 2018. Está performance se logró con una retención de tres pesos por cada dólar exportado, tributo que a partir de los embarques realizados el 13 de diciembre pasado crece el doble en magnitud y que impacta de manera diferente según los mercados. Desde la industria admiten que no es lo mismo el peso del derecho de exportación sobre un embarque a Europa, cuyos precios cayeron durante el año pasado, que a China donde, si bien en los últimos meses hubo una retracción en la cotización, los precios se han actualizado respecto a finales de 2018. Explotó El maíz fue el otro producto que demostró que, en un esquema sin intervenciones que fomente su producción, su comercio no para de crecer. Los economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, Blas Rozadilla y Javier Treboux le pusieron números a su evolución durante 2019. "Cerró con 36 millones de toneladas exportadas de maíz en grano, 55 por ciento por encima del año previo y un 75 por ciento por encima del promedio de los últimos cinco años", indicaron en un informe. Sostienen que la gran cosecha, que en la campaña 2018/19 totalizó un volumen de aproximadamente 51,5 millones de toneladas, junto con la buena competitividad que ha tenido el maíz sudamericano en los últimos meses, llevó a nuestro país a ganar terreno en los mercados internacionales e impulsó las ventas externas. El maíz logró estos resultados con una retención de cuatro pesos por dólar, el equivalente a 6,7 por ciento; en el próximo ciclo pagará al menos 12 por ciento de su valor o hasta un máximo de 15 por ciento, si es que el Gobierno decide aplicar los tres puntos porcentuales que están autorizados en la ley de emergencia. Más allá de la actuación que tuvo el maíz como grano, su protagonismo podría ser aún mayor si se lograra convertir cada vez más en proteína animal. Juntos serían dinamita. El plan de inversiones que actores de la cadena porcina impulsan en el país podría potenciar esta conversión. Sus precursores aseguran que con sólo transformar la mitad de los granos del país en carne de cerdo, la producción porcina podría crecer dentro de ocho años a 100 millones de cabezas por año. Eso significaría generar exportaciones anuales -con valor agregado en origen- por 20 mil millones de dólares. Por Alejandro Rollan

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